Los quistes de tarlov son malignos

Ejercicios a evitar con los quistes de tarlov

Los quistes de Tarlov son sacos llenos de líquido cefalorraquídeo que suelen afectar a las raíces nerviosas del sacro, el grupo de huesos de la base de la columna vertebral. Estos quistes (también conocidos como quistes meníngeos o perineurales) pueden comprimir las raíces nerviosas, provocando dolor lumbar, ciática (dolor de descarga o ardor en la parte baja de la espalda, las nalgas y en una pierna hasta debajo de la rodilla), incontinencia urinaria, dolores de cabeza (debido a cambios en la presión del líquido cefalorraquídeo), estreñimiento, disfunción sexual y cierta pérdida de sensibilidad o control del movimiento en la pierna y/o el pie. La presión sobre los nervios próximos a los quistes también puede causar dolor y deterioro del hueso circundante. Los quistes de Tarlov pueden diagnosticarse mediante resonancia magnética (RM); sin embargo, se estima que la mayoría de los quistes observados por RM no causan síntomas. Los quistes de Tarlov pueden volverse sintomáticos tras un shock, un traumatismo o un esfuerzo que provoque la acumulación de líquido cefalorraquídeo. Las mujeres tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar estos quistes que los hombres.

Síntomas de los quistes de tarlov

«Muchos quistes de Tarlov se ven en las exploraciones radiológicas, pero los que requieren tratamiento son los que causan síntomas», dice William C. Welch, MD, FACS, FICS, vicepresidente del Departamento de Neurocirugía de Penn Medicine.

Cuando los síntomas aparecen, los médicos suelen confundirlos con hernias discales o incluso con afecciones ginecológicas en las mujeres. Ese diagnóstico erróneo se debe a que los quistes de Tarlov suelen aparecer en la zona sacra de la columna vertebral, muy cerca de la región pélvica.

¿Cómo saber si se tiene un quiste de Tarlov? Pueden ser dolorosos. Una de las pacientes del Dr. Welch lo describió como una sensación de que alguien estaba «moliendo cristales» en su zona pélvica. La cirugía redujo significativamente su dolor y mejoró su calidad de vida, dice el Dr. Welch.

El Dr. Welch no es ajeno a los quistes de Tarlov. A lo largo de su carrera, ha realizado muchas cirugías para eliminar quistes de Tarlov que ayudan a aliviar los síntomas de los pacientes. Sin embargo, la cirugía no es la única opción.

Si tiene síntomas de quistes de Tarlov o dolor de espalda en general, hable con su médico de atención primaria. Su médico puede solicitar una resonancia magnética y remitirle a un especialista -como un neurocirujano- si la resonancia muestra un quiste.

Quiste de tarlov

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Los quistes de Tarlov son quistes de la raíz nerviosa llenos de líquido que se encuentran con mayor frecuencia en el nivel sacro de la columna vertebral, las vértebras de la base de la columna. Estos quistes suelen aparecer a lo largo de las raíces nerviosas posteriores. Los quistes pueden ser valvulados o no valvulados. La principal característica que distingue los quistes de Tarlov de otras lesiones espinales es la presencia de fibras de la raíz nerviosa espinal dentro de la pared del quiste o en la propia cavidad del quiste.

Debido a la proximidad a la región pélvica inferior, los pacientes pueden ser diagnosticados erróneamente con hernias discales lumbares, aracnoiditis y, en las mujeres, afecciones ginecológicas. Un diagnóstico preciso puede complicarse aún más si el paciente tiene otra enfermedad que afecta a la misma región.

¿qué causa los quistes de tarlov?

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Los quistes de Tarlov son quistes de la raíz nerviosa llenos de líquido que se encuentran con mayor frecuencia en el nivel sacro de la columna vertebral, las vértebras de la base de la columna. Estos quistes suelen aparecer a lo largo de las raíces nerviosas posteriores. Los quistes pueden ser valvulados o no valvulados. La principal característica que distingue los quistes de Tarlov de otras lesiones espinales es la presencia de fibras de la raíz nerviosa espinal dentro de la pared del quiste o en la propia cavidad del quiste.

Debido a la proximidad a la región pélvica inferior, los pacientes pueden ser diagnosticados erróneamente con hernias discales lumbares, aracnoiditis y, en las mujeres, afecciones ginecológicas. Un diagnóstico preciso puede complicarse aún más si el paciente tiene otra enfermedad que afecta a la misma región.